No tenía nada que hacer aquella tarde sombría, por lo que se recreó en sus propios pensamientos, en sus recuerdos.
Recuerdos que le
traían dulces sonrisas. Recuerdos de un pasado que aunque lejano, no lo era
tanto.
Recordaba su olor, ese olor suave
que embriagaba los sentidos y que era capaz de describir y recrear con los ojos cerrados.
Olor que recordaba intensamente y le daba un vuelco al estómago cuando creía
percibirlo por la calle al deambular.
Recordaba su piel. La tersura de
su piel. Su sedosa piel. Aquella que tantas veces recorrió con la yema de los
dedos dibujando figuras inimaginables por todo su cuerpo. Cada trozo de su
nacarada piel se convertía en un lienzo para dibujar a su antojo en aquellos momentos.
Recordaba sus besos. Qué buenos
sabían sus besos. Sus interminables besos. Aquellos que comenzaban suaves para
terminar devorándose con sus labios. Húmedos y carnosos labios, y viperina lengua,
que con destreza levantaba la más oscura de las pasiones de cualquier hombre.
Recuerdos, de la maestría de su
boca para proporcionarle placer en su viril sexo. Cómo con el simple movimiento
acompasado de sus labios y de su cabeza, lo había llevado tantas veces al paraíso en la
tierra. Y él se había dejado hacer en lo que parecía ser toda una experta.
Recordaba su sabor. Qué rico
sabía su sexo. Siempre imaginó que el sexo de una mujer tendría mal sabor, y
que simplemente devorarlo era un acto para proporcionarle placer a ella. Pero
cuan equivocado estaba. Esos jugos eran elixir. Nunca en su existencia había
devorado unos labios vaginales que le produjeran un placer tan grande al
paladar. Y unos jugos que le proporcionaran tal excitación ¡Qué rico era su sabor! Indescriptible con
palabras. Qué bien lo pasó todas aquellas veces
que le permitió acceder al exquisito manjar que atesoraba entre sus
piernas. En su depilado pubis que tanto llamó siempre su atención y respondía extremeciéndose
al más leve de los roces.
Tan solo eran recuerdos, dulces y sabrosos recuerdos de encuentros furtivos en la noche.
Echaba de menos tus relatos, bienvenida.....
ResponderEliminarMe alegra mucho volver a leerte
ResponderEliminarUn abrazo.
INCANSABLE: Las sensaciones recordadas reviven en cada ocasión en las que son invocadas...
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