domingo, 13 de septiembre de 2009

CARICIAS

Sólo se oía plañir el agua en la ducha, que mojaba con pasión esos cuerpos despojados de su ropa hecha jirones. Esa agua que limpiaba toda lascivia y todo mal recuerdo, purificando los momentos que ahora tornaban dulces y placenteros…

 El jabón y la espuma se habían apropiado de aquellos tímidos amantes, recorriendo pausadamente sus delicadas pieles y aflorando las más ocultas pasiones. Fresca la piel,  y suave al tacto sólo de caricias, iluminaba los rostros de sus propietarios, dueños por derecho propio de aquellos gratos momentos. En el ensoñar de sus miradas se perdía todo miramiento y pudor. Ya no había timidez ni pavor, pero tampoco lujuria; sólo sensualidad y ternura…

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