sábado, 12 de diciembre de 2009

FANTASIA


Interrumpió en su cuarto mientras dormía. Sigiloso para que no se percatara de su presencia, se acercó a su cama y comenzó a acariciarla de forma muy delicada, acompasada y casi ceremoniosa.
Era verano, de esos días en los que te acuestas ligerita de ropa, o ni siquiera te atreves a ponerte nada, porque todo te molesta. De esos días, que hasta la sábana te incomoda aunque sea muy  fresca.
Deslizaba sus manos por los finos cabellos, aspiraba su perfume, queriendo respirarla a toda ella. Entonces no se resistió a continuar, aprovechando que estaba sumida  en profundo sueño y no se iba a importunar cuando lo viera en su cuarto y en su lecho. Continuó acariciándola, palpando cada rincón con curiosidad  y con maestría. Como si careciera del sentido de la vista, leía con la yema de sus dedos cada pedacito de piel, cada rincón. Imaginaba ser correspondido y devorado a besos, abrazos, mordiscos…
Armándose de coraje decidió ir mas allá, aumentar la intensidad de las caricias, sumarle besos, y hasta poseer su cuerpo. Ella, de forma inconsciente, respondía deseosa, aunque seguía profundamente dormida. Se agitaba  de placer, y esto se reflejaba en su rostro.
Cuando despertó, feliz y relajada, se dio cuenta que todo había sido un sueño.

2 comentarios:

  1. Es un buen juego sensual hacerse la dormida. Y para nosotros un motor que nos acelera.

    Un beso
    Toni

    ResponderEliminar
  2. Ves...sin quererlo, sin quererlo ya llevas 17 relatos publicados, felicidades, no decaigas, a ver si el próximo año lo duplicas con historias como estas....
    Muchos ánimos como siempre y besitos.

    ResponderEliminar