Las historias no surgen simplemente de los efluvios de la imaginación. Las madejas son un hilo que enrollado, ocultan el esplendor de lo que a partir de él será creado. La vida, muchas veces se torna complicada, porque el ser humano, por mucho que se esmere, no ha aprendido a ser simple, o quizás nadie se lo ha enseñado.
Cuando cierra los ojos, Laura, que así llamaremos a quien nos hará más amenos los momentos, deja que su imaginación fluya, como arroyo junto al camino. Muchas veces recuerda momentos tristes de su pasado, y sonríe, tímidamente, pero sonríe. Ha llegado a creerse que todo aquello fue un mal sueño, porque así, al despertar, todo habrá pasado.
Su imaginación ha aprendido a volar como cometa arrastrada por el viento. Y no sueña ni con príncipes y princesas, ni con dragones y villanos; simplemente sueña con el mañana y sonríe, siempre sonríe. Anhela bonitas historias que dejó atrás, ávida de seguridad en la vida, y con miedo a flaquezas bohemias. Pero sigue ahí, intentando mantenerse firme ante la tormenta. Esperando que pronto llegue el susurro de la brisa y la luna llena para alumbrar el camino de las noches en sus sueños.
Hola, me gusta tu prosa.
ResponderEliminarUn beso
Toni
Animo, me encanta como escribes, no lo dejes.Sigue adelante.
ResponderEliminarun BESO.
Luis